Escrito de Jaume FÃ brega |
La obra de David MartÃnez Bosch es un interrogante en nuestra sensibilidad, utiliza las dadas del que habitualmente conceptuamos como a realismo y, no obstante, tan conceptualmente como estéticamente,
se aparta del realismo esclerótico de tipo académico que identificamos con el nombre de Escuela de Arte de Olot ( la escuela actual, no la histórica), si bien utiliza los recursos más agradecidos, por lo que hace de su concepción del paisaje.
Al mismo tiempo, pero, ni por la técnica utilizada (que no radicaliza las alusiones fotográficas, entre otras cosas porqué trabaja del natural, es decir, que inserte dentro de la tradición impresionista del "plenarismo"), ni por los formatos, no se puede inserir dentro el hiperrealismo de factura norteamericana: no obstante, es capaz de adelantar es esta dirección, sobretodo por lo que hace a la ejecución de ciertas naturas muertas de objeto poco convencional ( como unas alpargatas). De esta corriente, además, le separa el echo que adopta una actitud contemplativa delante de la realidad; la transcribe dentro el que podrÃamos nombrar un realismo tranquilo. |